viernes, 20 de junio de 2008

SEÑOR ME ENTREGO A TI

Señor, me entrego a Ti: Para que me preserves.
Señor, me entrego a Ti: para que me purifiques.
Señor, me entrego a Ti: para que me santifiques.

Por el Corazón divino de la Santísima Virgen
Madre de Tu Hijo Amado y Esposa del Espíritu Santo.

Señor, Padre santo, que quisiste que tu Hijo fuese el precio de nuestro rescate, haz que vivamos de tal manera que, tomando parte en los padecimientos de Cristo, nos gocemos también en la revelación de su gloria. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.


miércoles, 18 de junio de 2008


martes, 17 de junio de 2008

PRECES



Invoquemos a Dios, esperanza de su pueblo, diciendo:

Escúchanos, Señor.

Te damos gracias, Señor, porque hemos sido enriquecidos en todo por Cristo, tu Hijo;
haz que por él crezcamos en todo conocimiento.

En tus manos, Señor, están el corazón y la mente de los que gobiernan;
dales, pues, acierto en sus decisiones para que te sean gratos en su pensar y obrar.

Tú que a los artistas concedes inspiración para plasmar la belleza que de ti procede,
haz que con sus obras aumente el gozo y la esperanza de los hombres.

Tú que no permites que seamos tentados por encima de nuestras fuerzas,
da fortaleza a los débiles, levanta a los caídos.

Manda, Señor, obreros a tu viña, y a nosotros danos la gracia de perseverar en tu servicio hasta el final de nuestros días.

Señor, has confiado a tu Iglesia el mandato de anunciar tu Reino a toda la tierra, renueva y haz crecer nuestra familia misionera, para que tu mies tenga siempre los obreros que necesita.

Tú que nos has prometido la resurrección en el último día,
no te olvides de tus hijos que ya han dejado el cuerpo mortal.

Unidos fraternalmente como hermanos de una misma familia, invoquemos al Padre común:

Padre nuestro...

ORACIÓN

Nuestra oración vespertina suba hasta ti, Padre de clemencia, y descienda sobre nosotros tu bendición; así, con tu ayuda seremos salvados ahora y por siempre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.