Oh Dios mío eterno,
porque eres infalible, todopoderoso,
misericordioso y sumo bien,
creo en Ti: aumenta mi fe;
por los méritos de Jesucristo
espero en Ti: fortalece mi esperanza;
Te amo: enciende siempre más mi amor;
porque sé quien eres me arrepiento de haber pecado
y aumenta mi arrepentimiento.
Dios mío, te adoro como mi principio;
te deseo como mi fin último,
te agradezco como mi bienhechor perpetuo,
te invoco como mi único defensor.
Dios mío, Padre amorosísimo,
dignarte de guiarme con tu sabiduría,
de frenarme con tu justicia,
de consolarme con tu misericordia,
de protegerme con tu omnipotencia.
A ti consagro mis pensamientos y mis palabras,
mis acciones y mis sufrimientos,
a fin de que piense siempre en Ti, hable de Ti,
realice lo que haces Tú y sufra por Ti.
Señor, Dios de toda consolación,
quiero aquello que quieres tú,
porque Tú lo quieres, y te pido de iluminar mi intelecto,
incentivar mi voluntad, purificar mi corazón
y santificar mi alma. Amén.
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San Vicente Pallotti