NUESTRA SEÑORA DE LAS TRES AVEMARÍAS

NUESTRA SEÑORA DE LAS TRES AVEMARÍAS
Modo de practicar esta devoción: Todos los días, rezar lo siguiente: ¡María, Madre mía; líbrame de caer en pecado mortal! 1- Por el Poder que te concedió el Padre Eterno. (rezar un Avemaría) 2- Por la Sabiduría que te concedió el Hijo. (rezar un Avemaría) 3- Por el Amor que te concedió el Espíritu Santo. (rezar un Avemaría) Fue la misma Santísima Virgen la que dijo a Santa Gertrudis que "quien la venerase en su relación con la Beatísima Trinidad, experimentaría el poder que le ha comunicado la Omnipotencia del Padre como Madre de Dios; admiraría los ingeniosos medios que le inspira la sabiduría del Hijo para la salvación de los hombres, y contemplaría la ardiente caridad encendida en su corazón por el Espíritu Santo". Refiriéndose a todo aquel que la haya invocado diariamente conmemorando el poder, la sabiduría y el amor que le fueron comunicados por la Augusta Trinidad, dijo María a Santa Gertrudis que, "a la hora de su muerte me mostraré a él con el brillo de una belleza tan grande, que mi vista le consolará y le comunicará las alegrías celestiales".

miércoles, 30 de enero de 2008

DEL OFICIO DIVINO


Himno: DETENTE AURORA DE ESTE NUEVO DÍA.

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¡Detente, aurora de este nuevo día,
refleja en mis pupilas tu paisaje
!Mensajera de amor, es tu equipaje
la hermosura hecha luz y profecía.

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¡Detente, aurora, dulce epifanía,
rostro de Dios, qué bello es tu mensaje
!Queme tu amor mi amor que va de viaje
en lucha, y en trabajo y alegría.

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Avanzamos, corremos fatigados,
mañana tras mañana enfebrecidos
por la carga de todos los pecados.

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Arrópanos, Señor, con la esperanza;
endereza, Señor, los pies perdidos,
y recibe esta aurora de alabanza. Amén.

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viernes, 18 de enero de 2008

PADRE DE JESÚS Y PADRE NUESTRO.


En el Antiguo Testamento rara vez se trata a Dios de “Padre”. Haber llamado Jesús a Dios “Abbá”, “papito”, debió parecer un exceso de confianza. Jesús habla de Él como de su Padre y nuestro Padre.
El Nuevo Testamento distingue claramente la singularidad de la relación de Jesús con Dios de la que los demás pudieran establecer con Él. Allí Jesús se sabe el Hijo amado de un modo único e irrepetible. Y, sin embargo, Jesús comparte a su Padre con otros, con nosotros, haciéndolo tan Padre nuestro como es Padre suyo. Jesús reza para que en su intimidad con Dios quepan muchos, quepan todos: “Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros”.

No ruego sólo por éstos, sino también por aquellos que, por medio de su palabra, creerán en mí, La oración de Jesús se extiende ahora a la Iglesia de todos los tiempos, a todos los que deben su fe al testimonio apostólico.
para que todos sean uno. Como tú, Padre, en mí y yo en ti, que ellos también sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. La unidad que ha pedido para todos los discípulos (v.11) habrá de ser siempre la característica de la Iglesia.
«para que el mundo crea que tú me has enviado»: A menos que la Iglesia conserve la unidad querida por Dios no podrá desarrollar su misión sencial en el mundo. La unidad de la Iglesia proclama la unión del Padre y del Hijo, que es su modelo y principio.

JESÚS HABLA CON SU PADRE.


Mateo 11, 25-27 Por aquel tiempo tomó Jesús la palabra y dijo: -Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultaste estas cosas a los sabios y discretos y las revelaste a los pequeñuelos. Sí, Padre, porque así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre y nadie conoce al Hijo sino el Padre y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar.



Un día, Jesús estaba orando y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”.

Entonces Jesús les dijo: “Cuando oren, digan: ‘Padre, santificado sea tu nombre, venga tu Reino, danos hoy nuestro pan de cada día y perdona nuestras ofensas, puesto que también nosotros perdonamos a todo aquel que nos ofende, y no nos dejes caer en tentación’”.

miércoles, 16 de enero de 2008

"UN SÓLO DIOS UN SÓLO SEÑOR"


El dogma fundamental, del que todo fluye y al que todo en el cristianismo viene a parar es el de la Santísima Trinidad.
De ahí que, después de haber recordado uno tras otro en el curso del Cielo a Dios Padre, Hijo, autor de la Redención, y a "Un sólo Dios, un solo Señor"El dogma fundamental, del que todo fluye y al que todo en el cristianismo viene a parar es el de la Santísima Trinidad. De ahí que, después de haber recordado uno tras otro en el curso del Cielo a Dios Padre, Hijo, autor de la Redención, y a Dios Espíritu Santo, autor de nuestra santificación, la Iglesia nos incita hoy a la consideración y rendida adoración del gran misterio que nos hace reconocer y adorar en Dios la unidad de naturaleza en la trinidad de personas.

"Afirmaciones del dogma de la Trinidad, se ven continuamente en la Liturgia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, así empieza y termina la Santa Misa y el Oficio divino, y se confieren los Sacramentos. Igualmente A los salmos sigue el Gloria Patri ...; los himnos tradicionales acaban con la doxología y las oraciones con una conclusión en honor a las Tres Divinas Personas. La devoción a la Santísima Trinidad se inició en el siglo X, y a partir de esta época se fue también difundiendo su fiesta litúrgica, entrando en el calendario romano en 1331.

Si bien desde el comienzo del cristianismo la oración litúrgica se ha dirigido al Padre, por mediación del Hijo y en el Espíritu Santo, y el mismo Jesús habló de Dios como una comunión de amor y manifestó el misterio de las tres divinas personas, lo original de esta fiesta es el honrar específicamente a Dios sin tener como motivo un acontecimiento salvífico, ni la memoria de un santo. Se trata de "profesar la fe verdadera, conocer la gloria de la eterna Trinidad y adorar su unidad todopoderosa".

Dios Espíritu Santo, autor de nuestra santificación, la Iglesia nos incita hoy a la consideración y rendida adoración del gran misterio que nos hace reconocer y adorar en Dios la unidad de naturaleza en la trinidad de personas. "Apenas hemos celebrado la venida del Espíritu Santo, cantamos la fiesta de la Santísima Trinidad en el Oficio del Domingo que sigue, escribía San Ruperto en el siglo XII, y este lugar está muy bien escogido, porque tan pronto como hubo bajado el Espíritu Santo, comenzó la predicación y la creencia; y, en el bautismo, la fe y confesión en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.

domingo, 13 de enero de 2008



La Santísima Trinidad estuvo presente en el solemne evento de mi Bautismo. Mi Padre habló amantemente desde el Cielo confirmando que su favor descansa sobre Mí. Yo santifiqué las aguas bautismales, abriendo así el camino para la purificación de las almas. El Espíritu Santo descendió sobre mí llenándome y fortaleciéndome para mi trabajo en la tierra.

viernes, 4 de enero de 2008

ACTO DE FE ESPERANZA Y CARIDAD.


—Creo en Dios Padre; creo en Dios Hijo; creo en Dios Espíritu Santo; creo en la santísima Trinidad; creo en mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero.


—Espero en Dios Padre; espero en Dios Hijo; espero en Dios Espíritu Santo; espero en la santísima Trinidad; espero en mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero


.—Amo a Dios Padre; amo a Dios Hijo; amo a Dios Espíritu Santo; amo a la santísima Trinidad; amo a mi Señor Jesucristo, Dios y Hombre verdadero; amo a María santísima, Madre de Dios y Madre nuestra, y amo a mi prójimo como a mí mismo.